Consejos para preparar el ingreso a la educación superior por María Luisa Rodríguez Moreno

En tiempos de preparación para la elección de estudios terciarios, retomamos una entrevista realizada a la experta en orientación vocacional y formación profesional, María Luisa Rodríguez Moreno, académica emérita de la Universidad de Barcelona. La experta reflexionó sobre aspectos relevantes que los estudiantes deberían tener en cuenta a la hora de prepararse para el proceso de transición desde el colegio a la educación superior.

¿En qué estima fundamental que los jóvenes se fijen antes de entrar a la Educación Superior?

La juventud, debidamente acompañada por sus tutores o por su familia, debería tener en cuenta varias cosas antes de ingresar en la Educación Superior

Conocer sus aptitudes y sus intereses. ¿Por qué? Porque es ley general que nos gusta desarrollarnos profesionalmente en aquello para lo que tenemos aptitudes e interés. Casi nadie se siente atraído por aquello para lo que no vale o por aquello para lo que sabe que no tiene aptitudes. Nadie está dispuesto a fracasar en la vida profesional.

Saber que los estudios superiores implican sobre todo un elevado nivel de responsabilidad social. De hecho, ocupar una plaza universitaria es señal de que se ha podido acceder a ella después de numerosos sacrificios de las familias y de haber obtenido un rendimiento muy alto en los estudios secundarios. Si se ingresa en primer curso de universidad y no se toman los estudios en serio, estás perjudicando a otras personas que se van a quedar sin poder entrar. Y que a lo mejor serían buenos y responsables estudiantes.

Conocer cuáles son las competencias y habilidades que posee y cuáles son las que aún le quedan por tener. Los estudios universitarios exigen mucha madurez, o por lo menos, una actitud previa de cierta humildad que exige conciencia de las propias debilidades o carencias.

Saber qué implica el nivel socioeconómico de su familia y cómo va a afectar a su proceso de carrera Muchas familias van a sacrificarse durante bastante tiempo para que sus hijos puedan acceder a puestos más elevados de la escala social. Las expectativas familiares son muy respetables y muchos jóvenes no se percatan de lo que significa el constante sacrificio de la familia (sobre todo de estatus medios o bajos) para construir el futuro de sus hijos.

Estar interesados por aprender-a-aprender. Es decir, saber que en la universidad no sólo va a recibir conocimientos (muchas veces reproduciendo el saber instituido) sino que deberán empezar a examinar sus potencialidades como personas innovadoras, reflexivas, creativas y participativas en el desarrollo de su país. Saber que el gobierno de su país financia en un alto porcentaje su formación y que han de devolver esa aportación en forma de servicio a lo sociedad chilena. Es decir: habrá de tener conciencia muy clara de que ha de ser un sujeto activo (y no pasivo) en su sociedad, devolviendo ciento por uno.

Examinar hasta qué punto su espíritu crítico está al nivel exigible a un futuro estudiante universitario y, posteriormente, a un graduado. Sin un espíritu crítico social y político, el desarrollo de su futura profesión puede ser poco fructífero.

Saber que ha de respetar el principio de la dignidad de todas las profesiones y de todos los oficios. El respeto a otras personas que no posean el título universitario es la regla de oro de una persona que ha tenido la oportunidad de formarse más allá de la enseñanza obligatoria. Esta actitud de humildad social es sine qua non para ejercer luego una profesión cualificada.

Saber que está en todo su derecho de pedir que el profesorado de su facultad o centro ejerza con puntualidad y seriedad los deberes que se le impusieron por contrato o nombramiento. Todo universitario debe exigir de su plantilla profesoral el cumplimiento perfecto de sus deberes. Ha de saber que en muchas universidades existe en defensor del alumnado.

Ser consciente del valor de las bibliotecas universitarias. Y que para adquirir hábitos de estudio y eficacia habrá de destinar una o dos horas a consultar la bibliografía, al día. Sin olvidar que la universidad no sólo prepara en materias sino a ser un/a ciudadano/a presentable y solidario/a.

Finalmente, habrá de concienciarse de que su país y su universidad han entrado ya de pleno en la globalización. Darse cuenta de que esta característica moderna y el uso de las tecnologías le están abriendo una inmensa puerta al futuro y a la humanidad en su conjunto.  Por ello deberá conocer a fondo cómo está estructurada su universidad y cómo es el organigrama general de enseñanzas y servicios. Conocer los servicios es indispensable, pues si no los conocen van perdiendo oportunidades a lo largo de sus carreras. Es cierto que la universidad deberá tener un buen servicio de información profesional, actualizado y accesible muchas horas al día. Muchos alumnos (y sus familias) salen de la universidad sin saber dónde han estado, realmente. Y sin conocer las infinitas posibilidades de internacionalización.

 “Si el estudiante es bueno da lo mismo que elija una carrera u otra”. 

Si el estudiante no logró el puntaje de la prueba anual de selección universitaria para estudiar el programa de estudios que deseaba ¿Qué alternativa o acciones recomienda explorar?

Las alternativas que se le han de ofrecer a los estudiantes en el curso anterior a sus pruebas de selección han de estar previamente establecidas en los centros de secundaria. Por varios canales: o a través de una conexión directa con los servicios de orientación universitarios o a través de la tutoría y orientación de los tutores de secundaria o bachillerato.

Los principios de la orientación preventiva indican que no sólo se les ha de señalar a los futuros universitarios un camino, sino que se les ha de mostrar cómo están organizadas las profesiones en forma de clusters o racimos sectoriales, que hacen que se pueda llegar al mismo final por diferentes caminos. El estudiante ha de haber recibido una información profesional y ocupacional exhaustiva de los múltiples caminos que llevan a una profesión determinada y las interconexiones entre muchas profesiones.  A lo largo de la secundaria, no al final, cuando han de tomar decisiones tan importantes que pueden variar el rumbo de su vida. La mayoría de las profesiones están interconectadas no sólo por la variable “resultados” sino por las variables “contenidos”.  Y el saber es multidimensional. Con lo cual siempre hay algún camino que (tarde o temprano, directa o indirectamente) lleva a la misma profesión u oficio. Los canadienses y los norteamericanos tienen mucho trabajado en el desarrollo de la carrera profesional que indica la pluridimensionalidad de los diferentes caminos, rutas o itinerarios, interconectados entre sí. Es pues, una responsabilidad del gabinete de orientación y de los tutores. No es responsabilidad del alumnado trabajar con un horizonte limitado a la inscripción una sola carrera.  Hay infinidad de itinerarios posibles, para que el estudiante no admitido en una opción pueda irse a otra.

Muchos escolares tienen dudas respecto a qué estudiar porque suele irles bien en más de una materia y esto incluso los confunde a la hora de pensar en carreras. ¿Qué debería imperar en estos casos?

Impera el conocimiento que tengan de sus aptitudes y de sus intereses. Si la/ el estudiante es bueno y tiene un alto nivel de inteligencia y actitudes positivas, da lo mismo que elija una carrera u otra. Han sido contratados filósofos en empresas de química o de desarrollo ambiental. No forzosamente una carrera lleva a un puesto de trabajo concreto y super especializado. Si el estudiante el capaz y maduro, no hay inconveniente en que elija asignaturas de otros ámbitos profesionales.  Aunque siempre es bueno que dedique el tiempo que, provisionalmente, pudiera sobrarle a profundizar en el aprendizaje de idiomas (árabe, ruso, alemán, etc.), más que en acumular carreras y títulos. La acumulación de titulaciones no es nada significativo para ejercer una profesión determinada. Es la madurez de la persona la que priva en los exámenes de selección en las consultorías dedicadas a Recursos Humanos. De hecho, muchos científicos que han cursado carreras experimentales se sienten atraídos por el humanismo y por la reflexión filosófica y prefieren complementar su formación con estudios (carreras formales) o lecturas (formación autodidacta) o viajes a otras culturas que les acerquen a la humanidad y a las necesidades sociales.

«Aconsejaría a los estudiantes chilenos que se informaran en fuentes distintas de los medios de comunicación que solamente publican noticias de impacto y titulares para “vender” ciertas carreras u oficios».

En Chile se realizan rankings de «las mejores carreras» basados en datos de con indicadores que sólo consideran indicadores de empleo como empleabilidad y salario ¿Qué recomendación daría a los jóvenes que se enfrentan a ese tipo de información a la hora de evaluar su ingreso a la educación superior? 

Aconsejaría a los estudiantes chilenos que se informaran en fuentes distintas de los medios de comunicación que solamente publican noticias de impacto y titulares para “vender” ciertas carreras u oficios.  Muchas veces son noticias sesgadas influidas por grupos de presión con intereses creados muy concretos.  En este caso es clave la intervención de los orientadores universitarios desde el principio de los primeros cursos de carreras y de los tutores del final de las secundarias (bachillerato formaciones profesionales varias).  Los medios de comunicación, en materia de información profesional no son fiables en absoluto. Todo lo contrario.  Muchas veces son la voz de su amo (de la administración, de los colegios profesionales, de escuelas privadas, de las multinacionales, de la banca, etc.)  Los rankings están elaborados desde diferentes variables y perspectivas y adolecen de objetividad. Porque la estadística es una ciencia manipulable.  Los niveles de ingresos varían mucho según regiones y clases sociales y según sea la actividad de los sindicatos. Y la información que se da en los medios ha de relativizarse muchísimo.

Hay que darle herramientas al estudiantado para que sepa interpretar esos rankings.  Repito: siempre con la ayuda objetiva de sus orientadores o mentores. Estos orientadores deberán tener muchos conocimientos de sociología y de economía aplicada.

Usted ha manifestado que es importante integrar el concepto de trabajo en la formación de las gentes. ¿Nos podría mencionar las principales implicaciones de esta afirmación para las familias y el sistema educativo desde su perspectiva?

Infundir el concepto de trabajo en la mentalidad de los ciudadanos no es tarea fácil, porque el trabajo siempre ha sido visto como una condena. Por lo menos por la cultura de las religiones judeo cristianas. Pero el trabajo es el único modo que tiene el ser humano para sobrevivir con dignidad y para crearse un futuro, aunque ahora reina mucho la incertidumbre laboral.

Las familias pueden ser (y son) un interesante transmisor de los valores laborales. Habría que crear escuelas de adultos o secciones dentro de escuelas de adultos para tratar y reflexionar sobre ese tema.

En las escuelas se podría introducir progresivamente y sistemáticamente toda una serie de adaptaciones curriculares, en concordancia con el profesorado de diferentes asignaturas. Desde casi todas las materias se puede tratar el tema del trabajo. Hay modelos de infusión curricular publicados. Incluir el concepto de trabajo como herramienta de desarrollo para el bienestar y la justicia social es una de las funciones de la orientación vista desde la época postindustrial.  Por supuesto que los roles de los tutores y orientadores han de cambiar mucho y va a ser indispensable cambiar los currículos formativos de Psicología y Pedagogía en las universidades que forman consejeros y orientadores. Sobre todo, porque también se ha de concienciar a los empresarios de su rol como orientadores. Los empresarios deben implicarse en la orientación laboral y profesional de los egresados o de las personas que terminan la secundaria. No nos podemos conformar en que estén esperando pasivamente que les demos a las personas totalmente formadas sin que ellos pongan algo de su parte. Los empresarios, en sus cursos de formación continua de los Recursos Humanos, trabajan el tema, aunque muchas veces por intereses internos, de promoción y aumento de la eficiencia de su personal.

Familia, sistema educativo, empresariado y sindicatos debe recorrer conjunta y sinérgicamente un camino eficaz para que los ciudadanos de diferentes edades y niveles acepten el trabajo como un bien y como una herramienta de progreso. Eso sí: previa una reflexión sobre cómo organizar los racionalmente los servicios de orientación educativa, personal y profesional, para evitar que se solapen algunas de las acciones planificadas. Los planes han de ser integrales, exigiendo la colaboración de todos los agentes. Es más que nada una cuestión política. En países con mucho desarrollo rural, el tema puede tener peculiaridades diferentes.  Los países con planteamientos más socialistas que centristas son los que se ocupan mejor del valor de la orientación para el trabajo.

María Luisa Rodríguez Moreno nació en Quintanilla Sobresierra, Burgos, en 1941. Iniciada su carrera como Maestra Nacional, posteriormente devino Catedrática de Orientación Vocacional y Formación Profesional de la Universidad de Barcelona, en la Facultat de Pedagogía. Sus líneas de trabajo han estado siempre centradas en el desarrollo de la orientación y la información profesional y de la toma de decisiones aplicada a la inserción de las personas en el mundo del trabajo. Es miembro de la AIOSP, asesora de varias revistas dedicadas a la orientación profesional nacionales e internacionales y dirige varias colecciones de Pedagogía y Didáctica. Su obra publicada es muy amplia se puede consultar en: https://www.casadellibro.com

La catedrática visitó Chile para participar como una de las ponentes principales del proyecto OCIDES denominado «BIESTRA 2015: 3er Encuentro Bienal de Educación Superior y Mundo del Trabajo», organizado por la Pontificia Universidad Católica de Chile en colaboración con Universidad Católica del Maule, DuocUC y Universidad de Santiago, entre los días 7 y 9 de octubre de 2015. 

La presente entrevista data de noviembre de 2015.

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